Retrato de doña Emilia Pardo Bazán
Joaquín Vaamonde Cornide, nace en A Coruña en 1871. Aprendió ya de niño a dibujar con Isidoro Brocos, dando a conocer sus dotes artísticas. Tras una temporada con sus padres en Sudamérica, regresó a Coruña donde conoció a la escritora Emilia Pardo Bazán, quien asumió el papel de protectora y le introdujo en el ambiente burgués tanto de A Coruña como de Madrid, proporcionándole una gran clientela, entre la que destacó por sus retratos al pastel. Forma parte de la denominada Generación Enferma, término acuñado por Felipe Bello Piñeiro, en referencia a un grupo de pintores gallegos distinguidos por sus tempranas muertes debidas a la tuberculosis. Joaquín Vaamonde Cornide, muere en el Pazo de Meirás, bajo el cuidado de su protectora en 1900, a la temprana edad de 29 años.
Tras la muerte del artista, Emilia Pardo Bazán personificó a Joaquín Vaamonde en su novela A Quimera (1905), en el personaje de Silvio Lago. Su obra, de un realismo exquisito, tiende hacia la idealización del retratado al modo en que se hacía en París y Londres por aquel entonces, ejemplos que conocía de primera mano gracias a sus constantes viajes por Europa durante el período estival.
En esta obra al pastel de factura rápida y suelta, realizada tras el verano de 1986, aparece retratada la escritora coruñesa Emilia pardo Bazán, rebosante de vitalidad y elegancia con tocado y capa negros, sobre fondo neutro, lo que permite destacar el rostro y profundizar en la psicología del personaje. Destaca especialmente el elaborado uso del color negro, realzado por la intensa mancha azul sobre el pecho, de efectos casi impresionistas.