Germán Taibo González nace en A Coruña el 27 de Enero de 1889 pero su familia se traslada a Argentina siendo él muy joven. En Buenos Aires, tras demostrar sus dotes artísticas, comienza su formación académica en la Escuela de Bellas Artes de la capital, será entonces cuando conozca a una dama parisina que reside en Argentina, cuyo nombre no hemos conservado, que decide financiar los estudios del joven Taibo en la prestigiosa Academia Julian de París. Una entidad privada, fundada en 1860 por el pintor Rodolphe Julian, que contaba con profesores de renombre afines a un sistema de enseñanza que apostaba por la libertad expresiva de sus estudiantes, entre los que podemos encontrar a Marcel Duchamp, Matisse, Eduard Manet, o Claud Monet.

Taibo completa su formación con constantes visitas a los museos de la ciudad donde entra en contacto con las tendencias impresionistas, que calarán profundamente en su obra. Germán Taibo González fallecerá en París en 1918 de gripe, apenas cumplidos los treinta años.

Su obra, repleta de paisajes y desnudos, está muy influenciada por planteamientos impresionistas, en un momento en el que el movimiento está consolidado y goza de la aceptación popular.

El cuadro que estamos viendo, pintado en 1914 cuando Germán Taibo tenía 25 años, muestra la técnica fluida y segura del pintor, en la que los modos postimpresionistas se traducen en el tratamiento de la luz, surgida de una pincelada empastada. El cuerpo, pintado en difícil escorzo, se sitúa sobre un fondo elaborado, compuesto por telas de colores y un gran abanico abierto de estética oriental, posible eco de la corriente orientalizante de mitad de siglo XIX, que lejos de quitarle protagonismo a la figura, plantea una relación fluida con ella por medio del color, haciendo que el cuerpo de la mujer destaque y se relacione con el fondo.

Taibo realizará a lo largo de su estancia parisina dos viajes a A Coruña, uno en 1908 y otro, antes de su muerte, en 1918, llegando algunas de sus obras a ser adquiridas por el ayuntamiento de la ciudad.