Sala IV

Retrato de Don Juan Nepomuceno Jaspe Montoto

DIONISIO FIERROS

Asturias, 1827 – Madrid, 1894
2947 – Retrato de Juan Nepomuceno Jaspe Montoto
1857. ÓLEO/LIENZO

Dionisio Fierros nace en Ballota, Asturias, en el seno de una familia humilde. A los 14 años se marcha para trabajar como mayordomo en casa del Marqués de de San Adriá, que pronto descubre las dotes del joven para la pintura, y decide enviarlo a Madrid, al taller de José Madrazo en 1842, para que aprenda el oficio. Tras dos años de estudio, Fierros se traslada al taller de Federico Madrazo, hijo de José Madrazo, que acaba de llegar de un período de formación por Europa, y que llevará a cabo una renovación estética en España como abanderado del arte romántico, dominando el panorama artístico madrileño durante los años centrales del siglo XIX.

Dionisio Fierros nace en Ballota, Asturias, en el seno de una familia humilde. A los 14 años se marcha para trabajar como mayordomo en casa del Marqués de de San Adriá, que pronto descubre las dotes del joven para la pintura, y decide enviarlo a Madrid, al taller de José Madrazo en 1842, para que aprenda el oficio. Tras dos años de estudio, Fierros se traslada al taller de Federico Madrazo, hijo de José Madrazo, que acaba de llegar de un período de formación por Europa, y que llevará a cabo una renovación estética en España como abanderado del arte romántico, dominando el panorama artístico madrileño durante los años centrales del siglo XIX.

Tras esta etapa de formación decide, en 1855, instalarse en Santiago de Compostela, donde revolucionará el panorama artístico de la ciudad al trabajar sobre la temática costumbrista, muy poco habitual en esos momentos, así como por introducir las novedades estéticas de Federico Madrazo. En estos momentos recibe un gran número de encargos, entre los que podemos encontrar los retratos de Juan Nepomuceno Jaspe Montoto y su mujer, Carmen Moscoso de Altamira, padres del pintor Antonio Jaspe Moscoso.

Doña Carmen Moscoso de Altamira > pertenecía a uno de los linajes más antiguos de la nobleza gallega. Su retrato, muestra las características típicas del retrato de Dionisio Fierros al representarse desde un dibujo definido, con una parte del rostro iluminada opuesta a otra en sombra, un delicado tratamiento de las manos y un estudio psicológico del personaje desde la expresividad de su rostro. Por otro lado, Juan Nepomuceno Jaspe Montoto, se representa contra un balcón con cortinaje, apoyado sobre una pequeña mesa en la que reposa su sombrero, sobre el cual descansa con desdén la mano del aristócrata, en un actitud sofisticada, deudora del retrato de Federico Madrazo y representativa de la figura del Dandi, común entra la sociedad romántica del momento.

Por último destacar que Dionisio Fierros no se limita a reproducir la individualidad del retratado, sino que trasciende al individuo para plasmar los gustos de una época.

Audioguía

Retrato de Don Juan Nepomuceno Jaspe Montoto | 2947 - Dionisio Fierros