Franciso Leiro nace en Cambados, Pontevedra, en 1957. Creció en un ambiente ligado al trabajo en madera gracias a que su abuelo materno tenía en un taller de ebanistería, donde realiza tanto muebles como algunas tallas para iglesias de la comarca, lo que permite al artista familiarizarse desde muy joven con el trabajo en madera, material privilegiado en su producción. Leiro es principalmente autodidacta, su corta formación académica se reparte entre la Escuela de Artes y Oficios de Santiago de Compostela (1974-1975) y la escuela de San Fernando de Madrid (1976).

La estancia en Santiago es aprovechada también para integrarse dentro del grupo Foga, de corte surrealista y realizar su primera exposición individual en su tierra natal. Su obra toma protagonismo dentro del panorama artístico español en 1983, con la última exposición que organiza el grupo Atlántica en el Pazo de Xelmirez de Santiago, tras la cual se incluye entre los artistas de la Galería Montenegro de Madrid, que llevará su obra a la por aquel entonces incipiente feria ARCO. En 1988, se traslada a Nueva York, donde abre un estudio en Manhattan que compagina con estancias en su estudio de Cambados.

La obra que aquí podemos ver titulada Gigante, se realiza en 1980, con lo que podríamos enmarcarla dentro de su producción temprana, en la que los ecos de un surrealismo amortiguado estampan su impronta, caracterizada por la libertad creativa en donde la figura humana, con rasgos humorístico, se realiza en exageradas poses influenciadas por el mundo de la ilustración, creando una narrativa basada en el relato breve. En este caso, el gigante, realizado en un pieza de roble ciclópea, cruza sus brazos sobre el pecho clavando su vista en el frente mientras parece esbozar un sonrisa, en un gesto de gran fuerza expresiva.

La madera adquiere gran protagonismo al mostrarse las marcas realizadas por las herramientas, memoria del trabajo artístico, en una suerte de estética de lo inacabado característica dentro de su producción. Franciso Leiro es uno de los artistas gallegos más importantes en el panorama actual. Su obra parece aunar con naturalidad la tradición y la vanguardia artística, desde una nítida poética gallega vinculada con los planteamientos del Grupo Atlántica, que buscaban renovar las artes plásticas en relación con la identidad cultural de Galicia.